jueves, 24 de abril de 2014

FIN A LA EXPERIMENTACIÓN CON LOS ANIMALES

Desde finales del siglo XIX, durante todo el siglo XX y lo que va ocurrido del  XXI, con el crecimiento de herramientas tecnológicas que permitían a los seres humanos realizar procedimientos cada vez más complejos y sofisticados sobre los cuerpos de personas y de otros animales, importantes sectores de la economía y  del mundo académico (Ligado o no a actividades industriales), han decidido alcanzar sus objetivos de ganancia y aumento del conocimiento utilizando a otros animales para realizar experimentos e investigaciones. Tal destinación de los animales resulta en que sean apartados de sus ambientes de vida habituales, que sean enclaustrados en instalaciones científicas con reducido espacio, y aún peor que sufran de afectaciones físicas irreparables y dolores intensos que pueden llevarlos hasta la muerte. Millones de víctimas animales se han sumado durante los últimos siglos y aún en este mismo instante alguna especie diferente a la humana está siendo manipulada.
 En homenaje y como voz de reflexión sobre la situación de los animales de laboratorio, en 1979 la ADDA (Asociación Internacional Contra los Experimentos Dolorosos en los Animales) comenzó a promover el 24 de abril como el Día Internacional de los Animales de Laboratorio. Así pues, desde la Fundación Pulso, nos unimos a tal conmemoración con el fin de sumarnos a las voces de protesta mundiales contra la utilización de otros animales en experimentos y/o prácticas académicas e industriales.

¿Qué justifica la utilización de otros animales en laboratorios?

La utilización de otras especies animales en los laboratorios del mundo se encuentra justificada por los sectores que defienden tal práctica en que es imprescindible para el avance de la ciencia médica, la industria alimenticia y la de los cosméticos, la experimentación en otro animales, con el fin de crear productos que aporten al mejoramiento de la calidad de vida de la especie humana cuando no es posible realizar el avance científico por otro medio. Es decir, el bienestar de la humanidad resulta en un malestar para los otros animales, pues sus condiciones de vida se ven afectadas de manera por el hacinamiento, las mutilaciones, las intervenciones quirúrgicas, los daños en salud mental y física, así como en los sacrificios.

Pero hay una idea anterior que parece legitimar estas prácticas de maltrato, y es que los otros animales pueden ser utilizados como objetos para satisfacer las necesidades humanas (pues las personas desconocen su condición de animales), y a pesar de que sientan dolor o angustia es preferible que esos sentimientos sean soportados por ellos y no por otra persona. Si bien tienen una sensibilidad igual a la humana en este ámbito son tratados de manera diferente, siendo perjudicados por nuestro accionar.

Aunque es necesario hacer una claridad, dentro de la relación de desigualdad que se establece con otros animales, la humanidad ha creado una jerarquía interna entre los otros animales, es decir, unos que son más estimados que otros. Tal situación se expresa concretamente en que hay especies como las canicas, las felinas, las equinas y hasta las bovinas, a las que se les protege y se les brinda mayor estima, mientras que a otras como algunos primates, los porcinos y los roedores se les tiene en una estima menor lo que les hace susceptibles de ser usados para experimentos científicos en los que pueden resultar afectados (Difícilmente alguien que convive con un perro o un gato lo daría con gusto para la experimentación científica). Esta es pues la forma en la que se configura el maltrato a los animales que llevan, crecen y viven en laboratorios.

¿En qué resulta la experimentación científica sobre otros animales?

La primera implicación de la experimentación con otros animales es que se les llega a desconocer de entrada su condición de animales, pues en los laboratorios pasan a ser simples Reactivos biológicos (Animales de experimentación criados y tratados en ambientes con situaciones genéticas y sanitarias definidas con el fin de garantizar su “pureza” que permita resultados fiables para pasar a pruebas en humanos u otros animales) [1], es decir, uno de los objetos más del proceso de experimentación.

Las demandas por garantizar la “pureza” de los animales destinados a los laboratorios ha resultado en que además de los intereses de las industrias médicas, farmacéuticas y alimenticias en tales prácticas, se cree un nuevo nicho de mercado, el de las industrias de producción de animales.  Los animales de esta industria viven desde el comienzo fuera de sus ambientes comunes pues son reproducidos y criados en ambientes que garanticen su “calidad” convirtiéndolos en mercancías, y afectando desde el comienzo su posibilidad de vivir libremente.

Los procedimientos de experimentación son los que traerán las afectaciones físicas y psíquicas que generalmente llevan a los animales de laboratorio hasta la muerte (Son sacrificados de acuerdo a los códigos de ética y las legislaciones nacionales). Y a pesar de la existencia obligatoria de comités de ética y que en los Principios Éticos Internacionales para Investigación Biomédica con Animales del CIOMS (Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas), se indica que los animales deben ser tratados como seres sensibles y que se debe presumir que los procedimientos dolorosos para las personas también causan dolor en otras especies vertebradas[2], lo que las pondría en una situación de igualdad en el plano sensible,  la experimentación y sus desconocidos efectos (como los de cualquier investigación, se realizan primero en otros animales) se continúan. Así o los principios son contradictorios a la práctica o en definitiva se deben modificar o los primeros o las segundas para lograr coherencia.

Se implementan metodologías como las de las 3 R’s (Reemplazo, reducción y refinamiento) con el fin de disminuir el dolor y la angustia de los otros animales así como la cantidad que se usan, sin embargo el principio de que si no hay otro medio para lograr el avance científico es legitima la experimentación con otros animales sigue vigente, por lo que propuesta como esta aún no logran coherencia entre prácticas y principios.

¿Y en Colombia?
En el país se permite la experimentación científica con animales, a excepción de lo considerado en la ley 84 de 1989 que en su artículo 25, prohíbe la experimentación con animales sino tiene un fin científico y está orientado a una actividad comercial. La cuestión es que en un contexto en el que conocimiento está ligado a las demandas de la economía para que sea reconocido, resulta difícil diferenciar de tajo que actividades son meramente científicas y cuáles comerciales. A pesar de que la legislación colombiana en la resolución 8430 de 1993 expedida por el  Ministerio de Salud, contempla los mismos principios sobre la sensibilidad de los otros animales que contempla el CIOMS, y la situación continúa teniendo una contradicción entre la práctica y los principios (pues el maltrato continúa), donde las comunidades científicas y, posiblemente detrás de ellas algunas económicas, se oponen a iniciativas legislativas que pretendían acabar con la experimentación sobre otro animales. Así las únicas consideraciones que se tienen en el país, es que la experimentación con los animales sea el último recurso a utilizar, que sean anestesiados a la hora de realizar los experimentos, y que sean sacrificados si sufren afectaciones graves.
Teniendo en cuenta lo débil de la legislación, aumenta la preocupación el que esta ni siquiera sea aplicada, a comienzos de abril la procuraduría solicitó a las alcaldías y gobernaciones crear juntas de protección de animales, para cumplir los mandatos de la ley 84 de 1989 (es decir, llevamos casi tres décadas sin aplicar la ley) con el fin de evitar las situaciones de maltrato y poner sanciones en los casos correspondientes, lo que podría complementar el trabajo de los comités de ética.
¿Entonces no hay alternativas?
A pesar de que metodologías como las 3R’s se consideren alternativas, lo único que resulta realmente alternativo es de partida abandonar la experimentación con otros animales, esto por tres motivos; i) hacer coherentes las consideraciones éticas con las prácticas sobre los otros animales en lo que corresponde a su sensibilidad, ii) resulta sumamente costoso producir, mantener, y sacrificar con medidas de salubridad a otros animales para cumplir los estándares por lo que los beneficios económicos están en tela de juicio; iii) existen desarrollos computarizados y de tejidos suficientes para acercarse a las necesidades la comunidad científica, en este momento histórico es posible abandonar la experimentación. Pero lo más importante es ser capaces de asumir que nuestro bienestar no se debe lograr a costa de otros, el único caso en el que se aceptaría la experimentación con otros animales, sería en el cual la investigación busque beneficiar a esos otros animales y no a nuestra especie.
Una Reflexión
Es preciso pasar de pensar cómo cuidamos nuestras ganancias y nuestros objetos de estudio que permiten mayor conocimiento, a preguntarnos cómo mejorar nuestra calidad de vida sin perjudicar la de otros animales, esto es a cómo preservar la vida. ¿Qué tal si quienes se enorgullecen de aportar al avance de la ciencia y la economía, también aportan al de la moral y el despliegue de la ética aumentando la consideración por los otros animales y dejando de experimentar con ellos en beneficio de la especie humana? Si la moral y la ética avanzaran a la misma velocidad de la ciencia y la economía de seguro la situación sería distinta.
Bibliografía


DE OSORIO, Afife Mrad. Ética en la investigación con modelos animales experimentales. Alternativas y las 3 RS de Russel. Una responsabilidad y un compromiso ético que nos compete a todos. Revista Colombiana de Bioética, vol. 1, núm 1, enero-junio 2006
HERNÁNDEZ, Silvia. El modelo animal en las investigaciones biomédicas. Publicación digital disponible en la página web de la Universidad de Montevideo, Uruguay < http://www.um.edu.uy/docs/revistabiomedicina/2-3/modelo.pdf> Consultado el 24 de abril de 2014.

Autor:
Oscar Javier Martínez Cruz
Voluntario de Proyecto PROAMA de la Fundación PULSO.



[1] HERNÁNDEZ, Silvia. El modelo animal en las investigaciones biomédicas. Publicación digital disponible en la página web de la Universidad de Montevideo, Uruguay < http://www.um.edu.uy/docs/revistabiomedicina/2-3/modelo.pdf> Consultado el 24 de abril de 2014.
[2] DE OSORIO, Afife Mrad. Ética en la investigación con modelos animales experimentales. Alternativas y las 3 RS de Russel. Una responsabilidad y un compromiso ético que nos compete a todos. Revista Colombiana de Bioética, vol. 1, núm 1, enero-junio 2006. P. 171-172.